Monasterio San Pedro de Rocas
De entre los numerosos monasterios que se encuentran a lo largo de la Ribeira Sacra, el pequeño San Pedro de Rocas es sin duda el más singular, no por su magnificencia sino por su sencillez y antigüedad. Con orígenes inciertos que se remontan al siglo VI, San Pedro de Rocas es una muestra de cómo los primeros monjes ermitaños escogían lugares apartados del mundo para retirarse a orar y vivir en comunidad.
La iglesia troglodita de San Pedro de Rocas
La primitiva iglesia-cueva, excavada en la roca aprovechando tres cavernas naturales, es una auténtica reliquia del patrimonio arquitectónico de Galicia. Su reducido tamaño nos habla de la vida sencilla que llevaba la pequeña comunidad monacal que aquí habitaba. Tanto en el suelo de la iglesia como en el exterior encontramos numerosas tumbas antropomorfas, también talladas directamente en la roca. Remata el conjunto un pequeño campanario situado sobre un enorme monolito natural de piedra. Como colofón, la iglesia conserva los restos de una pintura que corresponde al único mapamundi mural de época románica que se conoce.
El edificio anexo, del siglo XVII y que sirvió de casa prioral, alberga hoy el Centro de Interpretación de la Ribeira Sacra.
En tu visita a San Pedro de Rocas no debes perderte la fuente de San Benito, en medio de un frondoso bosque y cuyas aguas tienen fama de milagrosas.
