FEGATUR. ENTREVISTA A XEMELGAS

19 Diciembre 2022

“REINTERPRETAMOS LAS MÚSICAS POPULARES A NUESTRA MANERA”

 

Óscar Ferrnández y Manu Fraguela

 

-¡Hola!, somos  Xemelgas (Gemelas), este es Óscar Fernández, yo soy su gemela, Manu Fraguela. Ya sé que físicamente no tenemos mucho parecido, las verdaderas gemelas son estas zanfonas que nos hizo un artesano de Bueu, Jaime Rebollo, especialmente para tocar juntas...

Con esta procacidad presentaba este Dúo la prodigiosa zanfonista Manu Fraguela, en el acto de inauguración de la ya clausurada I Edición de Abiertas de Par en Par: ciclo de recitales al atardecer que llevó la música y la palabra al campo gallego, a través de veinticinco casas de turismo rural repartidas por las cuatro provincias del país.

Cuatro décadas separan en el tiempo a estos artistas de Ferrolterra: Óscar, de San Sadurniño y Manu, de Narón. Maestro y alumna, alumna y maestro, se conocieron sin más intermediarios que la escuela de zanfonas del Padroado de Cultura de Narón, en el año 2017. Ella se dedicó a aprender de él, y él renovó ilusión enseñándola a ella. Se cayeron bien y se pusieron a tocar juntos. El Dúo se fue creando cada día, sin forzar el proceso, sin mucha planificación ni ambición: desde animar reuniones hasta tocar en festivales públicos, lo hacen porque les gusta, no hay más misterio. El nombre de Xemelgas -Gemelas- fue cosa de la madre de la talentosa chica que, según ella, es bastante ocurrente.

El avezado mentor, de conversación reposada y tolerante, paciente y generoso, además de excelso zanfonista, es un experimentado intérprete de varios instrumentos, que fue miembro de míticos grupos del folk gallego, también compositor, premiado artista y toda una referencia en el panorama de la música popular. La aventajada discípula, aunque en la distancia corta entre adultos, como ella dice, no es habladora, en el escenario, de los quince años solo tiene la voz, pues, encanto abraza la zanfona en el regazo, entra en una dimensión que no es de este mundo: le fluye la palabra como las manos, digitando un discurso inteligente, maduro, delicado, lleno de ironía y frescura.

Óscar Fernández y Manu Fraguela son, asimismo, autor e intérpretes de la banda sonora de la Sinfonía de los Abrazos, campaña de anuncios publicitarios, por estaciones, con la que este año la Federación Gallega de Turismo Rural (FEGATUR) vino mostrando el espíritu de la anfitronía a cuantas personas buscaron hospedarse en los alojamientos de turismo rural de Galicia.

Desde FEGATUR conversamos con esta atípica pareja musical gemela, Óscar, sabio y entregado intérprete y maestro de zanfona, y Manu, apasionada e ingeniosa zanfonista precoz. Queremos saber un poquito más de estas homónimas almas creadoras que consideran el proyecto de Abiertas de Par en Par, idóneo para que el público pueda disfrutar de la cercanía de l@s intérpretes y del sonido real de los instrumentos.  

Óscar, Manu, ¿San Sadurniño y Narón cantan?

-Óscar: Como en todas las sociedades hay una gente más cantora que otra, pero, tanto en la familia de mi madre como en la de mi padre, cantaban mucho, y en la de mi madre tocaban la guitarra y la armónica. Por lo visto, mi abuelo intentó tocar el violín un tiempo, mientras estuvo en Cuba. Recuerdo música en todas las sobremesas de las reuniones familiares, en todas. Músicas populares de Galicia y Sur América, lo que se escuchaba en los años 70 de la anterior centuria.

-Manu: ¡Cantan! En mi casa siempre se cantó y se tocó. En cualquier ocasión, aniversarios, Navidad, con las amigas... ¡siempre hacemos fiesta! Incluso a diario cantamos y tocamos.

Y, ¿cuánto cantan o tocan San Sadurniño y Narón en vuestras vidas?

-Óscar: Los primeros 16 años de mi vida cambié muchas veces de domicilio, San Sadurniño, Ginebra (Suiza), La Barquera... la música la llevábamos con nosotros a todos lados en un radiocasete. En esos tiempos  ya eran campeones los repertorios de las orquestas, puedo decir que me llamaban mucho la atención los gaiteros que amenizaban las mañanas de las fiestas y alguna banda que han traído a la fiesta de San Sadurniño.

-Manu: ¡Mucho! Voy a la escuela de zanfona del ayuntamiento, aquí es donde estoy aprendiendo a tocar y a cantar.

¿De quién venís siendo, entonces, en San Sadurniño y en Narón?

-Óscar: Yo soy Óscar, de Ángeles de Piñón -segundo apellido de mi bisabuelo-, o el hijo de Pepe de Casanova.

-Manu: Siempre detesté esta pregunta, no sé la respuesta, tengo padres, una hermana, abuelos, familia, amigos, compañeros... de alguna manera estoy unida a todos ellos por el cariño, pero realmente no soy de nadie.

¿Qué quería ser Óscar de mayor, cuando era rapaz?

-Astronauta, por supuesto.

¿Qué quiere ser Manu de mayor?

-Pues no quiero ser nada en concreto. Tengo ganas de hacer un montón de cosas, algunas relacionadas con la música, con Óscar, con Xemelgas, pero también hay otros temas que me gustan: la ciencia, el baile, pintar... Espero poder disfrutar la vida haciendo muchas cosas e imagino que cada etapa será diferente. Por el momento, soy joven de más para pensar en eso, con ser Manu tengo suficiente.

¿Cuáles son vuestras raíces musicales?

-Óscar: Toda la música que sonaba en la radio y en la TV en los 70 y ya en los 80 del siglo pasado. Después, escuché mucha música folk y tradicional gallega, francesa, portuguesa y británica, de grabaciones que conseguía en discos o casetes. El rock progresivo de los 70 siempre me interesó, Jethro Tull, Mike Oldfield, Alan Parsons, pero escuché de todo: jazz, clásica, recolecciones étnicas africanas y europeas...

-Manu: Mi padre es un rockero medio folkie y mi madre es impredecible con la música, tanto se emociona con una canción de Rozalén como con una pieza de flamenco, o un villancico de Navidad. Es por eso que escucho música de todo tipo. Desde pequeña aprendo folclore en el Grupo Etnográfico das Mariñas, asisto a la escuela de zanfona, canto en el coro del instituto... y así voy aprendiendo de aquí y de allá, de momento no tengo unas raíces muy largas... Dice mi madre que las raíces atan mucho y no dejan volar, que es mejor tenerlas pequeñitas.

¿De dónde os vino la pasión por la zanfona?

-Óscar: Me dejaron una allá por 1998 y me pareció fascinante. Al poco, ya tuve la mía propia.

-Manu: Todos los años vamos a ver las actuaciones de fin de curso de las escuelas tradicionales del Padroado de Cultura de Narón. Cuando tenía nueve años, en uno de esos festivales, vi a María Rodríguez cantando la Ciega de Ouselle con la zanfona. Me gustó tanto que al salir, mi madre y yo, decidimos apuntarnos a las clases con Óscar, y hasta hoy. Disfruto mucho tocando la zanfona.

¿Quién descubrió a quién de los dos?

-Óscar: Pues sin duda fue mutuo. Manu se matriculó en el 2017 en las escuelas del Patronato de Cultura de Narón y, desde las primeras aulas, ya fue sorprendente la pasión que le echó y el talento que demostró.

-Manu: Pues no sé... creo que ya estábamos descubiertos, nos caímos bien y nos gusta tocar juntos.

¿Qué le aporta el maestro a la alumna y la alumna al maestro?

-Óscar: Puedo decir que la alumna es un espejo en el que ves tus aciertos y tus carencias, y ayuda muchísimo a mejorar. También es una renovación de la ilusión que uno tenía al principio, ver cómo Manu descubre músicas y formas de expresión que dabas por conocidas pero que aparecen en una nueva versión cuando las hace propias.

-Manu: Óscar me aporta todo, él es quien me enseña todo, con él aprendí, desde leer partituras hasta cada adorno que hago con la zanfona. Él está pendiente de que yo aprenda y yo me dejo llevar porque confío en él y en las cosas que hace. Es maravilloso.

Óscar, dinos una pieza musical interpretada a la zanfona en la que veas la personalidad de Manu.

-Diría muchas, pero, por ejemplo, la versión de la Mazurca "Principessa" de Mauricio Martinotti que hace Gilles Chabenat, me impresiona cuándo se la escucho tocar.

Manu, dinos tu una en la que veas reflejado a Óscar.

-Para mí Óscar es Muiñeiras da Noite, la compuso él y creo que lo identifica como músico, lleva su sello de calidad. Para mí es una obra maestra. Cuando la escucho pienso: esta canción es Óscar.

¿De quién fue la ocurrencia de crear Xemelgas y con qué intención?

 

 

-Óscar: Realmente fue saliendo sin mucha planificación, fuimos creando un repertorio que nos gustaba a los dos y, de hacer un conciertito en la casa de mi madre y animar alguna reunión o presentación, surgió la idea de grabar unos temas y regalar la grabación a la gente próxima del mundo de la zanfona y a familiares. Tuvimos que poner un nombre a la formación, y, de ahí a que nos invitaran a tocar en algún festival, ya fue rodado.

-Manu: Xemelgas se fue creando cada día, fuimos preparando repertorio y haciendo cosas sin ninguna ambición. Tocamos porque nos gusta y alguna vez lo hacemos con público, no hay más misterio. El nombre Xemelgas fue cosa de mi madre, es bastante ocurrente.

Óscar, Manu, ¿cuál es el secreto para que una moza de quince años pueda ejecutar conciertos a dúo con un maestro consagrado?

-Óscar: Es sencillo, echarle mucha ilusión, tocar piezas bonitas que nos gusten a los dos y no forzar el proceso.

-Manu: El secreto está en escoger los temas que nos molan y ensayar para el concierto. Yo me dedico a aprender y él a enseñarme. Realmente no son cosas premeditadas, nos vemos a menudo y quedamos para tocar. El resto viene después.

Cada cual a su manera, refleja timidez, Manu la que más, ¿qué tiene la zanfona que cuando la abrazáis en el regazo os transporta y os hace perder la vergüenza?

-Óscar: Pues no sé qué responder, no es fácil de explicar sin caer en tópicos y no quisiera.

-Manu: Tengo entendido que la timidez incapacita a las personas a hacer determinadas cosas de la vida. Yo nunca me sentí incapacitada. Lo que es cierto es que hablo poco cuando estoy entre adultos. Yo no soy adulta y algunas veces no sé qué decir y como llevar una conversación. ¡Quién sabe si cuando crezca seré más habladora!

¿A quién le interesa más vuestra música, a los jóvenes o a los no tan jóvenes?

 

 

-Óscar: Creo que sin ser un producto de moda puede interesar a cualquiera, sobre todo si la escuchan interpretar en directo. No es exactamente "nuestra música" exceptuando algunas composiciones de Óscar, más bien es música popular reinterpretada a nuestro manera, eso la hace original y sincera. Quien escucha nuestro directo lo nota y ahí está el mensaje. Estamos tocando con interés y pasión. Es una exposición de la historia de las culturas y gentes que fueron haciendo las músicas y nuestra manera de entenderlas.

-Manu: No hacemos música de moda, solo la música que nos gusta, encajamos con la gente que tiene gustos afines a los nuestros, jóvenes y mayores, ¡qué más da!

Como Dúo, ¿cuál fue el auditorio más entregado que recordáis?

-Óscar: No sabría decir, nunca sentí indiferencia en ningún concierto.

-Manu: El auditorio más entregado, y donde sentí más amor, fue un concierto que hicimos para la madre de Óscar y su familia, en su casa. Ángeles estaba encantada de tenernos.

¿Se puede vivir de tocar la zanfona?

-Óscar: Supongo que sí. Yo combino la docencia con algunos conciertos, y no demasiados. Pero no veo que sea fácil solo trabajar cómo músico de directo.

-Manu: ¡Yo vivo feliz tocando la zanfona! Si te refieres al dinero, ni idea, tengo el plato en la mesa cuando llego del instituto. No es algo en lo que deba pensar de momento.

¿Cómo veis, entonces, el panorama musical en Galicia?

-Óscar: Muy variado, tienes, desde gente que solo escucha música de gaitas a diario, la otra que solo escucha música de orquestas... supongo que, como en todo el mundo globalizado, las personas aman las músicas de moda y las músicas que las acompañaron en la juventud. En Galicia hay una querencia especial por las músicas populares de otras épocas, tanto actualizadas como en su faceta más purista. Pero no es algo exclusivo de Galicia, pasa en muchos lugares del mundo, es una expresión de la identidad de los pueblos.

-Manu: ¡Muy animado! Salen grupos de todas partes, algunos mejores que otros, pero todos maravillosos.

¿A quién seguís en ese panorama?

-Óscar: A tod@s y a ningún@. Me intereso tanto por lo que hace el grupo más famoso como por la formación más humilde, tod@s aportan algo. No soy muy mitómano, ya fui más.

-Manu: Del mundo de la zanfona, me gusta mucho Efrén López, aunque también sigo de cerca a Xisco, Tanxugueiras, Caldo, Rosalía... pero mi gran admirado es Óscar Fernández, tanto en Cempés como Bonovo, con Carlos Quintá... siempre me gusta lo que hace.

¿Qué os parece este humilde proyecto de Abiertas de Par en Par que pretende llevar la música y la palabra en directo al rural gallego?

-Óscar: Muy bonita iniciativa, valoro muchísimo los conciertos de pequeño formato. En otros tiempos toqué más con grandes audiencias, y la verdad es que prefiero las pequeñas. Espero que sirva de precedente y que se haga más veces. El público puede así disfrutar de la proximidad de los músicos y el sonido real de los instrumentos, sin distracciones como las luces y los volúmenes exagerados.

-Manu: ¡Una chulada! Tocar en este formato de conciertos pequeñitos, en las casas, es emocionante. Estás muy cerca de la gente y sientes lo que están pensando, es maravilloso observarlos y dedicarles cada momento del concierto.

Por casualidad, ¿sois huéspedes habituales del turismo rural?

-Óscar: No, no acostumbro a viajar mucho.

-Manu: Si, en mi casa siempre es la primera opción cuando vamos de viaje.

Aquello que más valoráis de las casas de turismo rural donde actuasteis, ¿es...?

-Óscar: La atención personalizada y la tranquilidad que ofrecen las estancias.

-Manu: El contacto con la naturaleza, los lares, el olor a aldea, el trato que recibimos, la comida... todo es bueno en el turismo rural.

En el día a día de vuestras vidas, ¿qué es lo que os hace levantar cada mañana?

 

 

-Óscar: Puede que haya muchas respuestas para esa pregunta, la supervivencia, la curiosidad por lo que traerá un día nuevo, lo que esperan de ti los más cercanos, o simplemente la adicción al café.

-Manu: Por la semana es mi madre pidiendo que me levante, nunca me gustó ir a la escuela, me da pereza y me yergo sin muchas pretensiones. En las vacaciones y fines de semana, en lo primero que pienso, cuando despierto, es en freír dos huevos con jamón... y después, ¡ya veremos cómo continuar ese maravilloso día!

Y, en este mundo tan convulso que estamos viviendo actualmente, ¿para qué puede servir la música?

-Óscar: Supongo que depende de cada uno, para un publicista puede que sea solo una herramienta, para mí, siempre fue una forma potentísima para viajar mentalmente y un modo de comunicación al margen de las palabras.

-Manu: La música es todo, es una manera de canalizar las emociones, de desconectar del mundo ruin y vivir tu propio mundo. Es lo mejor de cada día.

¡Que así sea, Óscar y Manu!

¡Muchas gracias por compartir vuestros sentires con nosotros!