El cañón del Sil

Sober (Lugo)
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El tramo final del río Sil antes de unirse con el Miño, entre las provincias de Lugo y Ourense, es uno de los grandes atractivos de la Ribeira Sacra. A lo largo de 35 kilómetros el Sil discurre encajonado entre rocas casi verticales, que en algunos tramos llegan a alcanzar casi 500 metros. Varios embalses hacen que sus aguas llenen parte del cañón, lo que permite que sea navegable en algunos tramos. De hecho, una excursión que no debes pasar por alto es la ruta en catamarán por el cañón del Sil.

Los viñedos del cañón del Sil

En las abruptas laderas de esta maravilla natural la mano del hombre ha dejado su huella en forma de terrazas en las que se cultiva la uva con la que se elaboran los afamados vinos de la D.O. Ribeira Sacra. Fueron los romanos los que comenzaron con esta forma de arriesgada viticultura que ha continuado hasta hoy. La época de vendimia, en la que para recolectar la uva se utilizan barcas en muchos casos, es todo un desafío para la destreza de los viticultores y un espectáculo para quienes visitan la Ribeira Sacra. 

A lo largo del cañón del Sil se establecieron monjes eremitas buscando el aislamiento y la paz de estas tierras, lo que con el paso del tiempo llevó a la fundación de los monasterios que le dan su nombre a la Ribeira Sacra.

Miradores del cañón del Sil

Distintos miradores a lo largo del recorrido permiten admirar la grandiosidad del cañón del Sil, entre los que destaca el conocido como los “Balcones de Madrid”, no porque desde aquí se pueda ver la capital de España, sino porque era el lugar donde las familias de quienes emigraban rumbo a Madrid podían ver partir a sus seres queridos. 

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