La muralla romana de Lugo

Lugo
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La ciudad de Lugo tuvo una gran importancia en época romana. La Lucus Augusti de los romanos, fundada en el nombre del emperador Augusto en el año 13 a.C. fue un enclave estratégico para el imperio, que aseguraba el control del comercio y las vías de comunicación del noroeste peninsular. Ya en el siglo III, ante las amenazas de invasiones bárbaras, se inició la construcción de la muralla romana de Lugo, que hoy se considera la mejor conservada de todas las murallas que rodearon a las ciudades del Imperio Romano.

Declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000, la muralla romana de Lugo tiene la particularidad de que se conserva entera, sigue rodeando el centro histórico de la ciudad y ha sufrido muy pocas modificaciones en sus 1.700 años de historia. Fue de las pocas murallas que se salvó intacta del derribo sistemático de los muros defensivos en las ciudades españolas del siglo XIX, para dar paso a los nuevos ensanches. En el caso de Lugo, a las cinco puertas originales de la muralla romana se añadieron otras cinco. 

Pasear por la muralla de Lugo

La muralla romana de Lugo tiene una longitud de 2,1 kilómetros, una anchura de más de 4 metros y una altura de entre 8 y 12 metros. Se conservan 70 de las 86 torres de defensa que la jalonaban. Puede ser recorrida en su totalidad por su parte superior, constituyendo un inmejorable mirador, tanto hacia el centro histórico de Lugo en su interior como hacia el resto de la ciudad y sus alrededores. 

Si visitas Lugo, no te pierdas la Catedral y un paseo por el centro intramuros donde numerosas excavaciones arqueológicas han sacado a la luz partes de la antigua ciudad romana. Para reponer fuerzas, la conocida como Calle de los Vinos y sus aledañas son una delicia gastronómica donde los establecimientos de hostelería compiten por ofrecer a sus clientes las mejores tapas para acompañar sus bebidas. 

 

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