De abrazos y almuerzos sabrosos, verdes y picantes

22 Febrero 2022

En Galicia tenemos huertas, granjas, sotos y riberas, cuadras y gallineros donde se cultivan, crían y crecen la mayoría de ellos, que son los ingredientes principales de las recetas que siempre acarician nuestro paladar.

Si la tierra se muestra diversa y generosa en sus frutos, los dos mares que nos ciñen y abrazan van con ella a la par en la generosidad y variedad con que nos alimentan.

A la hora de elegir dos productos para hablar de ellos en este artículo, es difícil decidirse por uno. Sirvan de ejemplo dos de los más destacados.

Los gallegos y gallegas somos los mayores conocedores y consumidores de algo que… ¡A ver si lo adivinas! Se dice cuando alguien está confundido o fuera de su lugar habitual. Como perdido en un garaje. Te digo, en Galicia nunca he visto uno en tal lugar y circunstancia. Puede que haya miles en garajes, pero de perdidos, nada de nada. Guardaditos y seguros. Dentro de un congelador y esperando la llegada de familiares o amigos de la familia para, llegado el día, asustarlo y darle su punto picante y sal.

También se lo llaman a alguien que nos abruma con sus brazos.

Estoy seguro de que lo has adivinado. Por cierto, hablando de brazos, se creía que tenía ocho, ahora se sabe que son siete, que el octavo es su órgano reproductor.

Ya ves, en Galicia somos gente poco escrupulosa, ¡comemos de todo! ¡De la cabeza al rabo! Algo similar nos pasa con lo siguiente. Muy querido, puede que de él nos gusten hasta sus andares. Podrás encontrar celebraciones de exaltación de toda su anatomía, ya sea ahumado, embutido, cocido, asado, frito, guisado o al espeto. ¡Y además hasta le ponemos picante!. Y hablando de picantes, déjame, ahora que nos acercamos al carnaval parar un momento ante nombres con los que en ocasiones disfrazamos algunas recetas que bien que nos gustan a una inmensa minoría.

Repetimos al caldo de huesos y los callos, esmagamos con gusto unas judías con huevo y nos zampamos una hamburguesa completa sin pestañear y hasta “churrasqueamos” costillas y “chinchulines”. A la hora del postre somos capaces de robarles y comernos las orejas de nuestras abuelas, madres o compañeras. También nos van las tetas de monja o brazos de gitano, por cierto, si quieres hacerlos sin gluten en el blog de la queridísima Berta Castro, El sabor de lo dulce, tienes recetas riquísimas.

En definitiva, Antón Reixa ya la cantaba en Fai un sol de carallo. ¿Reminiscencias caníbales? ¡Podría ser!

Eso sí, quien prefiera alimentarse de lo que el mundo vegetal tiene para ofrecer, ¡que no se preocupe! Tanto Pascale en la aldea rural de O Viso Ecovillage en Ourol como Manuel en el Caserío da Castiñeira en Montederramo, ofrecen deliciosas recetas veganas y cada vez son más los establecimientos que cuentan con platos vegetarianos o veganos en sus cartas. Que podrá acompañarse de vinos tintos y blancos veganos de bodegas como Vía Romana, Martín Códax o Marqués de Vizhoja; cervezas artesanales y ecológicas. ¡Incluso ya hay un espumoso vegano! Altos de Torona Brut y Brut Nature son los primeros en obtener la certificación V label.

En cualquier caso, cuando vengas a alojarte en alguno de los establecimientos de turismo rural de Galicia, trae la memoria de los entrañables aromas, texturas y sabores que tantas veces has soñado con volver a probar.

¡Ah! ¡Y enhorabuena! ¡Porque afortunadamente en tu memoria siempre hay espacio suficiente para grabar e integrar nuevos saberes, sabores y sentires! ¡Salud y buen provecho!